A día de hoy el arte puede salir por cualquier lado, pudiéndose encontrar en los sitios menos esperados y de la forma más insólita que imaginemos. Muchos artistas son los que han visto en la tecnología una forma de expresar sus ideas o reivindicar.
Este es el caso del alemán Aram Bartholl. El artista quiso fomentar el intercambio de cualquier tipo de archivos entre usuarios, anónimos o no, sin necesidad de Internet.
Para llevar a cabo este proyecto, Bartholl decidió colocar 5 memorias USB en distintos puntos de la ciudad de Nueva York. A través de las redes sociales dio a conocer la existencia y ubicación de los pendrives. De inmediato la gente se fue a buscarlos y a descubrir que escondían, además de guardar nueva información.
Actualmente hay más de 1.600 USB escondidos en ciudades de todo el mundo, los cuales han ido colocando las personas con el paso del tiempo. Eso sí, para hacerlo tenían que seguir una serie de instrucciones marcadas por el precursor de esta idea en su página web. Incluso hay un mapa que se va actualizando constantemente según se van añadiendo o quitando làpices de memoria.
¿Dónde encontramos dead drops en España?
Memorias USB en Barcelona, Valencia, Burgos, pendrives en Madrid, Bilbao… Son sólo algunas de las ciudades españolas que también se han unido al proyecto “escondiendo” en las paredes de los edificios. Sus ubicaciones se pueden ver en el mapa de Dead Drops, el nombre que recibe la iniciativa.
A nuestro parecer, como experimento sociológico creemos que es interesante. Cómo la curiosidad de la gente incentiva la búsqueda de estos dispositivos. O si habrá personas que metan virus para que los aparatos electrónicos de otros individuos queden dañados. ¿Cuánta gente descarga la información pero no sube nada?¿Los contenidos compartidos son de calidad o son archivos sin sentido?
Los USB personalizados como oportunidad para mejorar nuestras relaciones
La aparición de las memorias flash cambió las cosas en el día a día de cada uno de nosotros. Parecía que era una cosa de espías en las películas de ciencia ficción. Pero lo cierto es que todos tenemos uno o varios pendrive, ya sea para trabajar, para llevarlo en el coche o para guardar nuestros documentos personales.
Se han vuelto tan importantes en nuestra vida que hay empresas que han visto en este producto una oportunidad para afianzar su relación con sus clientes. Son muchos los negocios, independientemente de sus características, que han optado por convertir las memorias externas en regalos promocionales.
Hay empresas que los busca con formas más originales, otros los quieren más serios o más normalitos, siempre y cuando vaya acorde a sus valores. El caso es que en ellos serigrafían el nombre de su empresa y algún dato de contacto. El fin de esto es tener un detalle con los clientes, proveedores y empleados que están junto a la empresa cada día. Una manera de agradecer su fidelidad.
Pendrives personalizados de la manera más original
Dada la utilidad de las memorias USB son muchas las empresas que han querido hacer uso de sus servicios. Hay compañías que regalan a sus clientes, empleados o proveedores pendrives personalizados. Además, hay algunos que han querido sacarle todo el partido posible añadiendo la originalidad a su diseño. Desde corchos, hasta latas de refrescos o las figuras de películas o series archiconocidos. Incluso, hay diseños con una estética industrial.
Como vemos, los avances tecnológicos hacen nuestro trabajo más sencillo, pero también nos permiten innovar y mejorar. Las empresas han sabido ver una oportunidad para su merchandising, ya sea como producto a la venta o como regalo personalizado. Los USB personalizados son unos artículos promocionales que cumplen con las tres características básicas que deben tener todos los regalos publicitarios: económicos, útiles y originales.