Hace más de 30 años se abrió en Barcelona el primer gimnasio DiR, el cual se convertiría más tarde en una famosa franquicia situada por todo el territorio español. Con el paso del tiempo ha ido creciendo y renovándose, incorporando en su modelo de negocio la innovación. De esta forma han conseguido diferenciarse de los demás y conseguir cada vez más adeptos.
Por ese entonces ya supieron ver la importancia de la comunicación. Por un lado, era importante transmitir a sus clientes su agradecimiento por haberles elegido y quedarse con ellos. Pero, por otro lado, también eran conscientes de que para llegar a más gente, la publicidad era imprescindible, puesto que el boca-oreja se les quedaba corto.
Se pusieron a pensar y encontraron la solución perfecta. Lo que necesitaban era recurrir a los regalos publicitarios. Sabían que haciéndoles un regalo personalizado a sus clientes, lograrían hacerles sentir contentos y agradecidos. Al mismo tiempo, serigrafiando su logo en el artículo promocional, visibilizarían su marca de una manera económica y eficaz.
La mejor opción para comunicar con merchandising
Pero aún había que pensar cuál era el mejor obsequio personalizado para sus necesidades comunicativas. Entonces fue cuando se les ocurrió la gran idea: mochilas de cuerdas.
Estas mochilas son muy cómodas de llevar y son bastante prácticas, ya que se pueden usar en todos los hábitos de nuestra vida. Además, la visibilidad que tendrá la marca será directa y clara para el resto de las personas.
Con el tiempo, estas mochilas fueron adquiriendo popularidad y pasaron a tener nombre propio. Todo el que se hace socio recibe una como regalo de bienvenida, aunque también se pueden adquirir en los distintos centros.
En más de una ocasión han contado con la colaboración de marcas muy conocidas, como Custo Barcelona y Mango Sport. Los dos diseñaron mochilas exclusivas que lograron la gran diferenciación de DiR. De hecho, las mochilas de Custo fueron parte de una acción de marketing de guerrillas. Ésta consistía en colgar 300 mochilas en los árboles de una de las calles más concurridas de Barcelona. La gente las podía coger sin problemas, fuesen o no clientes. Además, lo complementaron repartiendo revistas e información sobre el gimnasio. Así consiguieron llamar la atención de la gente e, incluso, lograron más socios.
Como se puede ver, no hace falta una gran inversión publicitaria para lograr grandes resultados. La clave está en no pensar únicamente en los beneficios que te puede reportar, sino los que pueden obtener tus clientes.